No, no quiero un amor líquido que se me escurra entre los dedos. Quiero un amor sólido construido con las ganas de dos. Un amor hecho de un día a la vez, de un enseñarnos los miedos con miedo, pero sabiendo que no podemos construir nada sólido si nos escondemos y nos rechazamos. El amor sana, sí. El encuentro con el amor nos revuelve porque nos toca en los más profundo y es porque llega para sanar. Dicen que 'el amor cura todas las heridas', sin embargo, no creo que sea siempre así. El amor puede curar, sí, pero no cura todo y ciertamente no de inmediato. El amor puede quitar la capa inicial de dolor, decepción, traición y tristeza. Pero siempre hay cicatrices de una herida y, cuanto más profunda es la herida, más grande y profunda es la cicatriz. Las cicatrices son lo que nos queda una vez que la herida se cura y eventualmente pueden desaparecer, aunque lleva tiempo. Algunas cicatrices nunca desaparecen y son un recordatorio permanente para nosotros de una experiencia, pers...